La relación tóxica con el dinero

La relación tóxica con el dinero

Como seres sociales que somos, a lo largo de la vida se establecen muchas relaciones con otras personas de cualquier índole: laborales, amorosas, de amistad, pasajeras… En algunos casos, desgraciadamente esa relación es tóxica. A veces, las personas con las que interactuamos nos influyen negativamente y nos hacen sentir mal. Quizá sin maldad, quizá las amamos profundamente, pero nos perjudican y -tarde o temprano- nos tenemos que alejar de ellas por nuestra propia protección psicológica. En otros casos somos nosotros mismos los tóxicos y las personas se distancian sin que podamos entender el porqué.

Con respecto al dinero, se tiene una relación tóxica sin ser conscientes de ello. Sin embargo, la solución no pasa por alejarnos de él, sino intentar reformular nuestra relación. 

1. ¿Por qué no nos podemos alejar del dinero como lo hacemos con las personas tóxicas?

La razón es muy sencilla. El dinero gobierna y rige prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas. Nos guste o no. 

Se trabaja para ganar dinero, los alimentos y artículos deseados se adquieren con dinero, se pagan las viviendas con dinero… las cosas inmateriales como la justicia, la educación, la sanidad se financian con dinero. 

Los aspectos más espirituales de la vida también mantienen una cierta relación indirecta con el dinero: el amor, la solidaridad, la responsabilidad, la confianza, la dignidad… Esto puede sonar desagradable y poco espiritual, pero en el mundo actual funciona así. 

Se pueden citar los siguientes ejemplos: las parejas casadas (por amor) disfrutan de una serie de ventajas fiscales y económicas; o incluso que el propio dinero físico se basa en un sistema de confianza. 

Cuando uno dispone de un billete de cinco euros en su poder, el billete en sí mismo no vale nada; es en realidad un simple trozo de papel en el que confiamos que vale 5€ y nuestro interlocutor acepta esa confianza. En el momento que esa confianza no existe, la moneda desaparece. 

De hecho, esa confianza monetaria se ve reflejada en los dólares americanos actuales dónde se lee “In God we trust” (En Dios confiamos). Ya sabemos cómo son los estadounidenses, pero lo cierto es que antes llevaban escritos Gold coin o Gold certificate cuando el oro respaldaba a la divisa. Esto es una historia muy curiosa, objeto de un artículo en sí mismo.

Dólar con la inscripción Gold certificate
In God we trust
Dólar actual con la inscripción “In God we trust”

Con todo esto no quiero decir que el dinero sea lo más importante de nuestra vida. Porque no lo es. Digo llanamente que está presente en todos los ámbitos de la misma y de ahí su importancia. Esto también ocurre con otros aspectos de la vida como la comunicación oral, escrita, no verbal, la lectura u otras herramientas imprescindibles. La gran diferencia es que esos otros aspectos los trabajamos para mejorar como individuos y con el dinero existe una resistencia real.

2. ¿Se tiene una relación tóxica con el dinero?

Ciertamente sí. No se puede decir que se tenga una relación sana para algo tan esencial que controla nuestras vidas. Lo contrario sería engañarse a uno mismo. Esto se debe principalmente a todos esos prejuicios negativos que vienen impregnados desde que somos pequeños. 

Seguramente hayas pensado alguna vez que las personas ricas son odiables. Es posible que además pienses que son adineradas simplemente por herencia o por haber realizado algo sin escrúpulos como engañar y/o manipular a alguien. En el mejor de los casos, son personas que han tenido suerte. 

Pero, ¿corresponde eso con la realidad? ¿Son todas las personas con grandes recursos económicos moralmente malas? ¿Lo son los deportistas que admiramos por sus éxitos deportivos? ¿Los músicos que escuchamos repetidamente sus canciones? ¿Tuvieron simplemente suerte? ¿O quizá trabajaron muy duro desde pequeños renunciando a muchas cosas para llegar a donde hoy están? 

Es cierto que no todos los que trabajan muy duro consiguen jugar en la Primera División de fútbol, pero todos los que están lo hicieron. Es una condición necesaria, pero no suficiente. 

Otro ejemplo de relación tóxica sería cómo hablar del dinero es tabú para muchas familias. O quizá sólo se habla de dinero cuando hay problemas: inflación, subida de hipotecas, deudas, problemas para llegar a final de mes…  

Del dinero no se habla

En ese ambiente hostil, es muy difícil desarrollar una actitud positiva hacia el dinero. La televisión y los medios de comunicación hacen el resto. En muchas ocasiones, se muestran en las pantallas a los famosos que son excéntricos, esperpénticos, consumidores compulsivos, maleducados, analfabetos… y se proyecta esa imagen al resto de las personas ricas. Si bien es cierto que existen ese tipo de famosos que lo son por ser “el novio de”, “la hija de” o por haber salido en algún reality show, no es menos cierto que no corresponde con la mayoría anónima de personas adineradas.

3. ¿Es el dinero malo?

El dinero ni es bueno ni es malo. Es neutro. El dinero es una herramienta, un vehículo, un medio. Nada más. Como lo puede ser un martillo, Internet o la electricidad. Somos nosotros, los humanos, los que podemos decidir cómo empleamos esa herramienta. 

Puedo utilizar un martillo para construir una mesa de madera (positivo) o para romper el cristal de un establecimiento con intención de robarlo (negativo). No le podemos echar la culpa al martillo de nuestras acciones. Y al dinero, tampoco. 

Nosotros somos los únicos responsables de nuestras decisiones y de nuestras acciones. Nadie más.

Puedo pisotear a algún compañero de trabajo para ascender laboralmente o puedo construir una escuela en Etiopía. El dinero no es el elemento que domina las decisiones, sólo soy yo. 

Para dominar nuestras finanzas personales, es fundamental asumir la responsabilidad de nuestras acciones. Quién pasa la responsabilidad, pierde el poder. 

4. ¿Por qué es importante tener una buena relación con el dinero?

Parece evidente que mantener una relación saludable con las cosas que afectan a nuestra vida es primordial. ¿Estarías dispuesto a pasar toda una vida con una persona tóxica como pareja durante años? Muchas personas lo hacen, pero todos sabemos que no es lo mejor. Pues con el dinero pasa lo mismo. 

Si considero que ser adinerado me va a convertir en peor persona, será mucho más difícil que intenté dominar mis finanzas personales y que pueda cumplir mis últimos objetivos. Siempre me sentiré en contradicción conmigo mismo y daré un paso hacia adelante y dos hacia atrás.

En cambio, si tengo una visión positiva del dinero, si creo que con su ayuda puedo contribuir a construir una sociedad mejor, más justa y más sostenible, será más fácil que viva mejor y que me acerque a la vida que quiero vivir.

5. ¿Cómo puedo cambiar mi mentalidad hacia el dinero? 

Estableciendo refuerzos positivos, como en terapia. Cada vez que uses el dinero de manera positiva, recalcar que fue posible gracias a que lo disponías. Puede ser una remesa a algún familiar en tu país de origen, puede ser una donación a una asociación importante para ti, una ayuda a un equipo local, un viaje inolvidable. En cualquier caso, algo positivo para ti.  

Cuando el dinero se emplea en algo que nos llena el alma, tiene como efecto colateral que se empieza a verlo como un recurso limitado para nuestras prioridades intrínsecas y necesidades reales, reduciéndose el consumo. Es decir, se adquiere consciencia de que el dinero que se malgasta en un artículo innecesario, es un dinero que ya no está disponible para lo que verdaderamente queremos.

Para mí, no hay nada más motivador y positivo que eso: el dinero es un vehículo que yo mismo conduzco a lo que realmente quiero para hacerme feliz y no lo puedo gastar en cualquier cosa.    

¿Cómo es tu relación con el dinero? ¿Quieres que sea buena o mala? Tú eliges. 


Lee, infórmate, compara, decide y actúa.

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