10 excusas para no invertir 

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En nuestra vida cotidiana y laboral, ponemos muchas excusas en numerosas situaciones que rechazamos o no son incómodas, no queriendo afrontar la verdad. Con este comportamiento infantil, pero extendido en la población adulta, no nos damos cuenta de que esas excusas suponen un bloqueo para nuestro desarrollo personal y humano a la par que nuestra autoestima se derrumba. 

“Soy demasiado mayor para aprender un idioma”, “Si hubiera estudiado esa carrera…”, “No puedo cambiarme de trabajo”, “No soy bueno con la tecnología”, “La culpa es de los políticos”, “Seguro que esa chica me va a rechazar”, “Si fuera un hombre, tendría un puesto de mayor responsabilidad”. 

Todas esas etiquetas negativas son una barrera más al problema en sí mismo. Al ponerlas, nuestro cerebro se las cree y no hace nada al respecto. Si soy demasiado mayor para aprender, me desconecto del tema y ni siquiera lo intento. 

Como anécdota, puedo contar que hace poco ví a dos mujeres mayores, por encima de los 60 años y cuya lengua materna era el ruso, aprendiendo alemán en una biblioteca de Potsdam. Quizá eran refugiadas ucranianas y las circunstancias les obligaron a emigrar y aprender otro idioma; no lo sé. Pero lo cierto era que estaban allí con sus libros, con sus diccionarios en el móvil, codo a codo ayudándose mutuamente. Un ejemplo.  

En el tema de las finanzas, hay muchos prejuicios y etiquetas que nos hemos o nos han puesto. Y como en el resto de los aspectos de la vida, nos impiden avanzar hacia nuestros objetivos.

Veamos las más comunes: 

1. No tengo dinero

En la mayoría de los casos esta afirmación no es cierta. Sólo es válida para las personas que viven en la calle o aquéllas que están desempleadas durante un largo período de tiempo y que realmente tienen dificultades para sobrevivir. 

Si tienes un trabajo y/o unos ingresos regulares -por muy pequeños que éstos sean- tienes dinero. A partir de ahí, uno puede priorizar para qué utiliza esos recursos. Cada uno dentro de sus posibilidades. 

Y no, no te tienes que quitar de comer para ahorrar y/o invertir. 

El problema, cómo ya se ha mencionado anteriormente, reside en el refuerzo negativo. Si me digo que no tengo dinero, me quedo ahí con mi frustración de pobre y no hago absolutamente nada para cambiar la situación. Soy pobre y me quedo pobre. Bien está. 

Quizá si me pregunto cómo puedo generar más dinero, mi cerebro empieza a buscar soluciones. No las va a encontrar inmediatamente, pero ya está en el camino correcto.   

A lo mejor tengo que hacer una formación para ascender en mi trabajo, o buscar otro que cumpla mis expectativas salariales o conseguir uno paralelo. Explorando las cosas que nos gustan y que se nos da bien (un deporte, un instrumento de músico, un idioma, cocinar, fotografía…), puede que encontremos la forma de ayudar a otras personas a la vez que nos aporte unos ingresos adicionales. 

El dinero es una consecuencia del valor que aportamos a otros. Primero, el valor y luego el dinero.  

VALOR APORTADO → DINERO RECIBIDO 

Volviendo al principio. Fíjate en la diferencia entre ambas actitudes descritas. En el primer caso, es un no rotundo: “No se puede (No tengo dinero)” que cierra todas las puertas, mientras que formulando el mismo problema con una pregunta del tipo “cómo”, se abre un mundo de posibilidades que pueden mejorar la situación. 

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La primera opción es afrontar el problema de una manera estática y pasiva como si la solución del mismo fuese ajena a nosotros. En cambio, la segunda óptica nos permite tomar parte directa en la acción dinámica. 

El movimiento se demuestra andando. 

Dicho de otra manera, es una cuestión de foco. Si nos centramos en el problema, sólo vemos eso, el problema (No tengo dinero). Es mucho más astuto focalizarse en la solución (¿Cómo puedo…?). 

2. No puedo ahorrar

Aquí vuelve a no ser cierto en la mayoría de las veces. Todas las personas que tenemos un salario, por encima de 1000 €, podemos ahorrar, aunque no te lo creas. 

Mira este artículo, dónde se establece una serie de estrategias para poder ahorrar. Si no puedes avanzar por ti mismo, contacta conmigo. 

Actualmente estoy acompañando a personas con ingresos bajos y te aseguro que es posible ahorrar porque ellos lo hacen y yo mismo lo hacía cuando me encontraba en una situación similar. 

Todos podemos ahorrar. Hay que buscar las herramientas adecuadas para ello, así como analizar la necesidad de algunos gastos que generamos. 

Te recomiendo leer los siguientes artículos: 

Ahorro. Estrategias
Ahorro. Estrategias
Ahorro. Tácticas y trucos
Ahorro. Tácticas y trucos
Modelo de cuentas
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Regla SMART
Establece tus objetivos. SMART

3. No tengo tiempo

Es la mejor excusa. Lo reconozco. Es válida para casi todo. Yo también la utilizo para las cosas que no me apetecen hacer. 

Pero sé honesto contigo mismo, ¿de verdad no tienes tiempo? ¿O el problema es que no quieres asumir las responsabilidades que te corresponden? 

Si no tienes tiempo para decidir tu vida, no esperes que otros lo hagan por ti, o al menos, que velen por tus intereses (y no los suyos propios). Al final, tú pagas las consecuencias

Somos los únicos responsables de nuestra vida. 

Quién pasa la responsabilidad, pierde el poder. 

Creo honestamente que todos podemos sacar una hora a la semana para analizar y decidir sobre nuestras finanzas personales. Fija una hora en tu calendario. Por ejemplo, los domingos por la tarde. Esa hora semanal será mucho más productiva que vivir angustiado si voy a llegar o no a final de mes. 

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No pretendo que te guste. Quizá tampoco te guste ir al dentista, pero lo haces cuando no te queda más remedio.  

Además, hoy en día, existen numerosas herramientas que nos permiten analizar más rápido y estructurado. Asimismo, el ahorro y la inversión se pueden automatizar, teniendo que consumir un tiempo ínfimo en el futuro (revisión y control del plan establecido). 

¿Tienes dudas de cómo se establecen los objetivos? Te invito a que leas este artículo

También puedes contactar conmigo y te ayudo gustosamente. 

4. Ahorrar no sirve para nada

Quién te diga eso, o miente o es un ignorante. Así de sencillo. 

Ahorrar es la base del crecimiento. Sin ahorro, no hay inversión y tampoco sueños, al menos, a largo plazo. 

Quien quiera vivir endeudado toda su vida para ir cumpliendo sus pequeños caprichos y/o emergencias, tiene todo el derecho del mundo, pero asume muchas más limitaciones que el ahorrador e inversor. No es buena idea vivir con el tiempo de tus horas de trabajo futuras.    

Supongamos que tenemos un capital inicial de 20.000 €. Con un ahorro mensual de 250 € (3.000 € anuales), tendríamos en 50 años un capital final de 100.000 €, habiendo ya descontado una inflación anual del 2%.

Sin embargo, si no hacemos nada porque “no merece la pena”, nuestro capital no sólo no crece, sino que disminuye con la inflación, llegando a un valor real inferior a 7.300 €. Una pérdida acumulada de poder adquisitivo del 63,5%. Sin ahorrar, sé es como mínimo un 63,5% más pobre en 50 años. 

Gráfico 1. Comparación entre ahorrar y no ahorrar teniendo en cuenta la inflación. Elaboración propia

Y esto teniendo en cuenta una inflación del 2%. Observa la siguiente tabla con la pérdida real según distintos escenarios de inflación anual. 

Tabla 1. Comparación de la pérdida de capital debido a la inflación. Elaboración propia.

No hay alternativa efectiva al ahorro y la inversión. 

Evidentemente el ahorro solo por sí mismo no es suficiente para conseguir sueños más grandes. Se necesita de la inversión. Observa el siguiente gráfico. 

Gráfico 2. Comparación entre ahorro e inversión teniendo en cuenta la inflación. Elaboración propia

Mientras ahorrando se alcanzan 100.000 € (inflación incluida) durante 50 años, podríamos llegar a conseguir 1.200.000 € con una inversión adecuada. Es decir, 12 veces más. Para el cálculo, he tenido en cuenta unos rendimientos anuales netos (restando una inflación del 2%) del 6%.

No se trata de ser avaricioso. Ni mucho menos. Simplemente es aprovechar las posibilidades con las que todos contamos. En definitiva, jugar en igualdad de condiciones. No empezamos un partido de baloncesto con dos o tres jugadores menos que el contrario y pretendemos ganarlo como si nada. 

No invertir es limitar nuestras posibilidades de éxito. 

5. Invertir es cosa de ricos

Quizá, en otro tiempo, era verdad. Sin embargo, en la actualidad existen muchas posibilidades de inversión, incluso desde un euro

Sí, has leído bien: ¡¡desde 1 €!!

Claro que cuanto mayor sea el capital que puedas invertir, mayores serán tus retornos absolutos. El 5% de 10.000 € (500€) es una cantidad más grande que el 5% de 100 € (5€). 

En realidad, uno es pobre porque no invierte y, no al revés, uno invierte porque es rico.  

¿Por qué uno se empobrece al no invertir? 

El dinero depositado en el banco pierde valor cada día debido a la inflación, como ya se ha visto con anterioridad. Es decir, con la misma cantidad de dinero se compran menos productos. 

Asimismo, las pensiones futuras serán más bajas, constituyendo la inversión el único instrumento que puede combatir ese fenómeno. No esperes que los políticos te resuelvan la papeleta de la jubilación porque puede que no lo hagan. Lamentarse en el futuro tampoco te solucionará el problema. 

Por tanto, invertir ya no es opcional para los que quieran crecimiento, sino una obligación para mantener al menos el status quo.

6. Invertir es sólo especulación

Esta afirmación es puro desconocimiento. Sería equiparable a decir que todos los desempleados son unos vagos o que todos los que reciben ayudas sociales son unos aprovechados del sistema o que todos los políticos son unos corruptos. 

Claro que hay especuladores sin escrúpulos, pero en realidad son una minoría. 

De hecho, cualquier persona que tenga una plan de pensiones con un banco o una aseguradora no sólo está invirtiendo, sino que lo hace directamente en la bolsa. Millones de personas invierten en bolsa sin saberlo y no son especuladores. 

Las personas que invertimos a largo plazo con un plan definido acorde a nuestras necesidades y tolerancias al riesgo tampoco somos especuladores.

7. Invertir es jugar al casino o la lotería

Falso. Rotundamente falso. 

Este pensamiento viene asociado a las películas o los grandes titulares de los periódicos que lo comparan con un juego de azar, especialmente cuando una empresa quiebra o con estafas financieras con un esquema Ponzi

La realidad es que la bolsa está basada en métodos matemáticos y financieros muy estudiados. 

Los inversores con una cartera diversificada y a largo plazo (>15 años) nunca han perdido dinero. NUNCA

Cuánto más corto y más arriesgado sea el plazo de inversión, es más un casino. Unos años con una rentabilidad muy alta o pérdidas muy elevadas. A medida que la inversión pasa a largo plazo, deja de ser un juego azaroso y se convierte más en ciencia.  

Gráfico 3. Triángulo de rendimiento anual entre 1970-2022. Información cedida por www.dividendenadel.de

Observa cómo en el gráfico todas las celdas que corresponden a una inversión superior a 15 años (de la línea azul hacia abajo) están en verde (rendimiento positivo), incluso si se hubiera vendido en medio de una crisis como en 2008. Los números indican el rendimiento anual. Se aprecia que cuando aumenta la duración de la inversión, los valores tienden a la media de 7-8% (rendimiento medio del mercado). 

Evidentemente lo ocurrido en el pasado no es una referencia absoluta para lo que pueda ocurrir en el futuro, pero tampoco tenemos más datos. 

Sin embargo, a mí personalmente me tranquiliza saber que en los últimos 60 años del índice global MSCI World (que aglutina a más de 1.600 empresas de todo el mundo desarrollado) no hubo ningún período de 15 años consecutivos en el que el inversor hubiera perdido dinero.

Y esto habiendo muchas crisis y recesiones económicas: crisis del petróleo de 1973, estanflación de la década de los setenta, caídas fuertes de bolsa en 1987, guerra del Golfo, crisis de las empresas tecnológicas (Dotcom), 11 de Septiembre, crisis financiera de 2008, crisis del euro de 2011, pandemia del corona… 

Gráfico 4. Evolución del MSCI World con las crisis mundiales. Fuente: www.justeft.com

8. No tengo los conocimientos suficientes 

Esta excusa me parece honesta, pero remediable. Tampoco sabías caminar, ni hablar, ni escribir, ni multiplicar ni un millón de cosas más que ahora haces casi sin darte cuenta.

No hace falta estudiar una carrera universitaria ni tener conocimientos extraordinarios de matemáticas para entender y dominar nuestras finanzas personales. No digo convertirse en el Ministro de Finanzas de tu país, digo adquirir los conocimientos básicos para que puedas tomar las mejores decisiones para tu vida. 

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Con un ratito todos los días vas a poder alcanzar un nivel más elevado que la mayor parte de la población. Lee mis artículos y de otros autores, mira vídeos en Internet, escucha podcasts sobre el tema. Cuántas más fuentes diversas dispongas, mayor y más sólido será el conocimiento adquirido y mejor podrás tomar tus propias decisiones sin temor a ser engañado o manipulado.  

En este blog, iré proporcionando los conceptos básicos para invertir en Alemania, aunque son conceptos válidos para otras situaciones al ser universales. 

¿Quieres que te ayude a organizar tus finanzas y/o a empezar a invertir?

9. No me interesa

Me parece lo correcto. No te tiene que gustar ni interesar. Pero es necesario saber lo mínimo. Es como hacer deporte o comer saludable. Puede que no te guste, pero es importante. 


Además, cada día es más fácil por la automatización. De hecho, existen Robo advisors que invierten por ti mismo sin tener que preocuparte más de ello.  

10. El ahorro / la inversión puede esperar

La excusa más peligrosa. Ser consciente de la importancia pero postergar la decisión para mañana. Y al llegar mañana habrá otro mañana. Y mañana nunca llega. 

El mejor momento para ahorrar o invertir siempre fue ayer y después hoy. En las inversiones, el tiempo desempeña un papel fundamental. Cuánto más tiempo esté el dinero invertido, mayor jugará a nuestro favor el interés compuesto. 

Antes de invertir, lógicamente, hay que informarse bien tanto de la inversión en sí misma como de los riesgos que conlleva. Pero esa búsqueda de información no puede prolongarse ad infinitum. De poco sirve hacer un doctorado sobre el tema, si no se aplica en la vida real. 

Como tampoco sirve de nada desarrollar una teoría compleja de los besos sin haber besado nunca a una persona. 

La práctica es la mejor forma de adquirir profundamente el conocimiento expuesto en la teoría. Los errores de principiante son necesarios, es el peaje del aprendizaje y no hay que tener miedo a ellos al igual que los problemas. 

Yo no deseo no tener problemas, sino más bien tener la capacidad para desarrollar las herramientas para solucionarlos. Y yo deseo cometer errores para poder aprender de ellos y mejorar como persona.  

11. Bonus: No voy a ser mayor nunca

De ilusiones también se vive. Pero el tiempo pasa para todos. Inexcusablemente. Soy consciente de que la jubilación puede que aún quede lejos. Pero es ahora cuando somos aún jóvenes el momento adecuado para dedicarnos a cerca de estos temas. 


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1 comentario en “10 excusas para no invertir ”

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