La deuda como inversión

Deuda como inversión
Imagen de Frauke Riether cecida por Pixabay

Todos tenemos una idea más o menos clara de lo que significa deuda y lo perjudicial que puede llegar a ser para la economía familiar. He escrito ya varios artículos presentando los riesgos y cómo podemos solucionarla poco a poco. Este tipo de deuda es conocida como deuda mala, porque se solicita para comprar un producto que no aporta ningún tipo de valor, es decir, un pasivo. Ya se ha visto que comprarse un coche o disfrutar de unas vacaciones mediante deuda no es una buena opción.


Sin embargo, la deuda también puede ser buena. Es lo que ocurre cuando compramos activos que generan dinero de vuelta.

1. ¿Qué es la deuda?

Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor.

Imagina que quieres montar una chocolatería con sus típicos churros en Alemania. Para ello, has encontrado un local de alquiler ideal, situado en una zona muy concurrida en la ciudad dónde vives. No obstante, necesita una reforma y una decoración apropiada para darle un toque español. Además, requieres la maquinaría correspondiente como una churrera y una homogeneizadora para el chocolate. Todo ello conlleva unos costes iniciales, pongamos que 50.000 €, por ejemplo. Sin embargo, sólo dispones de un capital de 20.000 €, descontando tu fondo de emergencia.

¿Qué hacemos ahora? ¿Rechazamos esta idea de negocio que puede ser la pasión de nuestra vida?

Si es un negocio que conoces cómo funciona y que verdaderamente tienes la intención de llevarlo a cabo, lo más normal sería solicitar un crédito al banco.

Antes de prestarnos el dinero, el banco analiza toda la información: los riesgos de tu negocio, los posibles ingresos y gastos, tu puntuación crediticia, tu situación personal… Todo. En base a eso deciden si te dejan el dinero o no.

Lógicamente, esta operación no sale gratis. Los bancos no son hermanitas de la caridad. En caso de concesión del crédito, vas a abonar unos intereses a parte del principal, la cantidad realmente solicitada. En nuestro caso, pedimos 30.000 € y puede que tengamos que devolver 34.500 € (15% más), por ejemplo.

A primera vista, podemos pensar que son simplemente unos ladrones.

¿Por qué nos cobran intereses?

Los intereses que pagamos no es más que la recompensa que reciben por arriesgarse a dejarnos el dinero y que puede que no se lo devolvamos. En esta noticia, puedes leer la tasa de morosidad en España en 2022.

Los bancos se convierten así en nuestros acreedores. Fíjate de dónde procede la palabra acreedor, de creer. Ellos creen (en el sentido de confianza o fe) que van a recibir el dinero de vuelta. La palabra en alemán para acreedor es Gläubiger que también contiene el verbo glauben (creer). No es casualidad.

Es decir, que a pesar de toda la documentación y análisis el profundo de todos los datos, nos prestan el dinero en base a una confianza según el riesgo que le suponemos. A mayor riesgo, la tasa de interés que nos cobran es mayor. Si consideran que el riesgo es inadmisible para ellos, no nos conceden el crédito.

Por cierto, la palabra crédito también viene de creer. ¡No doy crédito! Vaya juego de palabras.

No deja de ser una paradoja en sí mismo: prestan dinero a los que tienen recursos para devolvérselo. Si pido dinero, es porque no tengo los recursos suficientes. Podemos pensar que es un sistema perverso.

Pero, ¿tienen otra opción? ¿Tú harías otra cosa? Seamos honestos. Todos tenemos familiares, amigos y conocidos a los que nunca les prestaríamos dinero. ¿Somos malas personas por ello? No. Simplemente, precavidos. Si alguien te ha defraudado alguna vez, no le dejas dinero.

Quizá, alguna vez, hayas prestado dinero a alguien y lo utilizó para algo para lo que no te lo pidió o para un lujo que tú mismo no te permites. Me imagino que no te gustó. Y si encima no te lo devolvió, pues sabes que no habrá próxima vez. Esa persona ha perdido tu confianza.

Por tanto, el interés que pagamos es el precio que tiene la CONFIANZA

2. Deuda como instrumento de inversión

Ahora, imagina que tu negocio en lugar de necesitar 30.000 €, requiere un millón, cien o mil millones de euros. Estas cantidades enormes de inversión son típicas en los grandes proyectos como puede ser la construcción de una infraestructura: una nueva fábrica, por ejemplo. Se requiere de muchos acreedores que puedan distribuirse esa elevada suma de financiación.

Los inversores privados, tú y yo, podemos comprar una parte de esa deuda; nos convertimos así en sus bancos y recibimos unos intereses por asumir el riesgo.

No sólo las empresas emiten deuda. Las instituciones públicas, como estados soberanos, también necesitan financiación para asumir todos sus gastos sociales.

3. Características de la deuda

La emisión de la deuda tiene una serie de características intrínsecas y algunas pequeñas definiciones que hay que conocer. Vamos a por ellas:

  • Emisor: Como su propio nombre indica, es el organismo que necesita dinero y se endeuda para conseguirlo. Si son Estados u organismos públicos, se conoce como deuda pública.
  • Valor nominal: Es la cantidad de dinero que se le presta al emisor de la deuda.
  • Cupón: Es el tipo de interés fijo que se recibe como recompensa al préstamo y que se cobrará anualmente hasta que llegue la fecha de vencimiento del mismo. Está expresado en porcentaje anual.
  • Fecha de vencimiento: Es la fecha, después de todo el proceso de maduración, en la que el emisor de la deuda debe devolver el valor nominal y el correspondiente cupón a los acreedores (los inversores).
  • Rentabilidad: Es la diferencia monetaria entre la cantidad invertida (valor nominal) y la cantidad final recibida (valor nominal más los intereses estipulados en el cupón).

Por ejemplo, si compramos un cupón al 2% de valor nominativo de 1.000 € con un plazo de vencimiento de 3 años, recibiremos al final:
Intereses anual: 2% de 1.000 € = 20 € cada año
En 3 años –> 20 *3 = 60 €
Total recibido: 1.000 + 60 = 1.060 €

Por norma general, cuánto más lejana sea la fecha de vencimiento del cupón, mayores serán los intereses recibidos, ya que es mayor el riesgo de que la empresa o la institución pública emitente no pueda pagarlo.

Sin embargo, hay excepciones a esta norma general y puede verse situaciones en que la deuda a corto plazo se premia más que a la de largo plazo (curva de tipos invertida). En este caso, los inversores consideran que el riesgo a corto plazo es muy grande. Esto suele ser un indicador de posibles recesiones y/o crisis financieras cercanas.


Por otra parte, como el valor del cupón no varía (es fijo) durante todo el período de maduración, se denominada a este tipo de inversión como renta fija. Eso no significa que no sea volátil, ya que su valor en el mercado puede variar. Lo explicaré más adelante.

4. ¿Quién determina el riesgo de un país o de una empresa?

Las más conocidas e influyentes agencias de Rating son: Moody’s, Standard & Poors y Fitch y califican a todas las instituciones, tanto las públicas como privadas. Cada una tiene sus criterios propios de evaluación del riesgo. Estas tres agencias son estadounidenses y puede que tengan un conflicto de intereses en algunas ocasiones. No obstante, en la mayoría de los casos, son un buen indicador.

Sistema de Ratings
Fuente: esbolsa.es

Los países y empresas más solventes ostentan una categoría Triple A.

Según esta clasificación, les cuesta más o menos conseguir financiación futura. Consulta la solvencia de tu país aquí. Por ejemplo, Alemania es un país más solvente y seguro (AAA) que Grecia (BB+) y por ello paga menos que el país heleno por pedir dinero prestado.

De hecho, los bonos alemanes a diez años son los considerados más seguros en Europa y sirven de referencia para el resto. Concretamente, la diferencia, en puntos básicos, entre el bono de otro país y el alemán es conocida como prima de riesgo.

Por ejemplo, el bono alemán a 10 años (a fecha de 22/03/2022) tenía un cupón de 2,31%. El de España se situó en 3,35%. La diferencia con respecto al alemán, 335 – 231 = 104, es la prima de riesgo de España.

Consulta en el enlace las diferentes primas de riesgo.

5. Emisión de deuda pública

A partir de aquí, me voy a centrar exclusivamente en la deuda pública, aunque muchas de las cosas son válidas para las instituciones privadas.

Cada país tiene un organismo oficial que emite la deuda pública para financiar los proyectos y los gastos del Estado. Es una manera de apoyar a un determinado país.

Deuda española. Tipos de emisiones

En España, el organismo emitente es el Tesoro Público que depende del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.

España emite tres tipos de deuda según su período de duración:

  • Letras del Tesoro: de 3, 6, 9 o 12 meses de duración.
  • Bonos: 2, 3 y 5 años
  • Obligaciones: 10, 15 o 30 años.

La cantidad mínima de inversión es de 1.000 € y siempre en múltiplos de 1.000 €.

Su compra se realiza a través de subastas que se publican con la debida antelación.

Calendario de subastas de deuda española (por norma general):

  • Letras de 3 y 9 meses: Cuarto martes de cada mes
  • Letras de 6 y 12 meses: Tercer martes de cada mes
  • Bonos: Primer jueves de cada mes
  • Obligaciones: Tercer jueves de cada mes.

No quiero extenderme mucho más del funcionamiento en concreto para no confundir. Más información en la página del Tesoro.

Deuda alemana. Tipos de emisiones

Alemania tiene un sistema similar. Emite la siguiente deuda:

  • Unverzinsliche Schatzanweisungen Bubill (letras del Tesoro sin intereses): de 3 a 12 meses
  • Bundesschatzanweisungen Schatz (pagarés/letras del Tesoro): 2 años
  • Obligationen Bobl (Obligaciones): 5 años.
  • Bundeanliehen BUND (bonos): de 7, 10, 15, 30 años

Todos ellos tienen su versión verde que intenta favorecer los proyectos más ecológicos de Alemania. También emite bonos ligados a la inflación.

Más información en la página del Finanzagentur.

6. Valor bursátil

En el mercado secundario, se pueden revender y comprar deuda como cualquier otro activo bursátil. Su precio no se mantiene constante durante todo su período de maduración.

¿Por qué fluctúa el valor de un bono si el cupón es fijo?

Pondré un ejemplo de otro ámbito para que lo podamos entender fácilmente.

Supuesto 1: Imagina que un amigo tuyo tiene un iPhone 6 que ya utilizado durante varios años. ¿Se lo comprarías a día de hoy por 1.000 €?

Ni loco, Miguel. Seguramente sea tu respuesta. ¿Por qué?
Como ya sabemos, cualquier producto de consumo (pasivo) se deprecia a lo largo de su ciclo de vida.

Supuesto 2: Ahora, en vez de comprar ese mismo iPhone 6 usado a tu amigo, decides comprarlo nuevo en una tienda. ¿Pagarías 1.000 € por él?

Evidentemente tampoco. ¿Por qué?
Porque incluso nuevo, el iPhone 6 es menos atractivo para el consumidor que el iPhone de última generación. Así de sencillo.

¿Cuál es la única manera de que estés dispuesto a comprar un iPhone 6?

Exacto. Con un precio más bajo. Por ejemplo, si valiera 400 €, habría ya algunos consumidores dispuestos a comprarlo. Quizá si valiera 200 €, habría muchos más consumidores. El precio final es regulado por la ley de la oferta-demanda.


Creo que es un ejemplo muy ilustrativo. Pues, con la deuda, pasa lo mismo.

Si compraste un bono con un cupón del 1% hace unos años es menos atractivo (menos competitivo) que uno actual del 3%. Y, por tanto, su precio baja. Eso no significa automáticamente que pierdas dinero. Sólo lo haces si materializas la venta en el mercado secundario. Si mantienes tu posición hasta el vencimiento, recibirás tu interés fijo acordado previamente, es decir, el 1%, además del capital inicial invertido.

Evolución del bono alemán a 15 años emitido el 27.04.2022. ISIN: DE0001102598
Fuente: Deutsche Finanzagentur

¿Por qué suben o bajan los tipos de interés?

Una de las funciones de los bancos centrales es regular la cantidad de dinero circulante en el mercado. Un instrumento para ello es definir el tipo de interés, en la prensa también conocido como el precio del dinero.

Durante la crisis de deuda de los países de la Eurozona con los respectivos rescates bancarios, el Banco Central Europeo (BCE) desplegó toda su fuerza para salvar la unidad monetaria e inyectó cantidad ingentes de dinero en el mercado, especialmente comprando a malsalva los bonos de Estados como Grecia, Italia y España. Durante una década vivimos la política monetaria de intereses nulos o incluso negativos.

El BCE está listo para hacer lo que sea necesario para preservar el euro. Y, créanme, será suficiente

Mario Draghi el 26.07.2012. Presidente del BCE entre 2011-2019

Esto benefició a los créditos tanto a empresas como a particulares. Como el interés de las hipotecas era muy bajo, los compradores estuvieron dispuestos a pagar más dinero por una vivienda. Esto infló el mercado inmobiliario. En otros mercados, ocurrió lo mismo por haber tanto dinero en circulación.

Este sobredimensionamiento unido a las circunstancias derivadas de la pandemia y de la guerra en Ucrania ha provocado una inflación descontrolada. En este punto de inflexión, el BCE se ha visto obligado a intervenir subiendo los tipos de interés, es decir, haciendo que la financión sea más cara. Digo obligado, porque el BCE, según sus estatutos, debe mantener la inflación en 2%.

Para muchas empresas y muchas personas privadas ya no les compensará solicitar créditos. Así se desacelera la economía y la inflación baja.

Si sube en exceso los tipos de interés, puede provocar una recesión económica y si lo hace muy poco, la inflación se mantiene en cuotas elevadas que perjudica a todos.

Hay, por tanto, una correlación directa:

Suben los tipos de interés, baja el valor bursátil (el precio) de la renta fija.

y al revés

Bajan los tipos de interés, sube el precio.

Gráficamente, se puede retener mejor:

Elaboración propia.

¿Por qué alguien querrá vender su bono a un precio menor de su valor nominal?

Evidentemente, la venta no es obligatoria como ya se ha mencionado con anterioridad. Sin embargo, puede que haya muchos motivos para vender:

  • Necesidad de liquidez: Por ejemplo, por un divorcio o cualquier otra necesidad que no cubriera su fondo de emergencia.
  • Ganancia: Puede que el vendedor lo comprara a un precio aún más bajo y ya gana con la operación.
  • Expectativas: El vendedor puede considerar que los tipos seguirán subiendo (el precio continuará bajando) y prefiere vender perdiendo lo menos posible y con el nuevo dinero fresco empezar a invertir en los nuevos bonos.
  • Rebalanceo de su cartera: Quizá necesite ajustar el riesgo de su cartera.
  • Pánico: También hay personas que se dejan llevar por el pánico y al ver que el precio virtual baja, venden y materializan la pérdida.

7. ¿Son seguros los bonos soberanos?

No hay una respuesta única. Dependerá, como ya hemos explicado, de la puntuación que le otorguen las agencias de rating.

En principio, podemos determinar que cualquier bono de cualquier país de la zona euro (emitido en euros) son seguros ya que tanto el BCE como los gobiernos de los Estados de la UE harán todo lo posible para no dejar caer a ningún país. Los bonos suecos o daneses (fuera de la unión monetaria) también son superseguros.

Si estos país impagasen su deuda y llegaran a la bancarrota (default), tendríamos otros problemas mayores que el dinero en sí mismo.

De hecho, se observa que la rentabilidad de la deuda tampoco es muy elevada comparada con otras clases de inversión como las acciones. Recordamos el triángulo rentabilidad-seguridad-liquidez. En realidad, los intereses se sitúan entre una cuenta remunerada (Tagesgeldkonto) y una cuenta de ahorro a plazo fijo (Festgeldkonto) que están respaldadas por los Estados.

La diferencia reside en la liquidez. Un bono es más líquido (mercado secundario) que una cuenta a plazo fijo (no se puede revender), pero menos que una cuenta remunerada (el dinero se puede retirar de una manera inmediata). Y por esa razón se sitúa entre las dos.

8. Ventajas e inconvenientes

VENTAJAS

  • Relativa seguridad
  • Poca volatilidad
  • Liquidez en el mercado secundario
  • Rentabilidad mayor que tener el dinero simplemente en el banco
  • Rendimiento conocido de antemano
  • Apoyo a un país determinado
  • Estabilizador en la cartera
  • Facilidad para invertir

INCONVENIENTES

  • Rentabilidad no cubre la inflación. Es asumir perder dinero.
  • Dinero inmovilizado a pesar de haber un mercado secundario

9. ¿Para quién es idóneo este tipo de inversión?

  • Para los inversores con un perfil más conservador y que no puedan asumir un riesgo más elevado.
  • Para aquellos que quieran mover el dinero en vez de dejarlo en el banco.
  • Para los inversores que quieran diversificar y/o estabilizar su cartera.

¡¡Atención!! No es ninguna recomendación. Cada inversor es responsable de sus propias decisiones

En definitiva, en mi opinión, considero que es una buena opción de inversión para estabilizar la cartera. En mi caso particular, cuento con un ETF de bonos europeos a 10-15 años. Seguramente no sea la mejor opción entre todas las opciones de deuda por ser a un largo plazo excesivo. Tendría que tener mejor diversificado entre los períodos de vencimiento. Lo estoy estudiando para poder decidir lo mejor para mí.

Si hago novedades en mi cartera, os iré contando.


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1 comentario en “La deuda como inversión”

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