En este artículo os voy a profundizar sobre una herramienta, que ya presenté en este artículo, y que es muy útil para el control de nuestras finanzas, el modelo de cuentas.
Todos tenemos al menos una cuenta bancaria. Es necesaria y obligatoria para muchas situaciones de nuestra vida actual. Por ejemplo, para recibir el salario. Las imágenes de las películas recibiendo el sueldo en un sobre después de la jornada laboral son historia. Hoy, por ley, deben realizarse por transferencia bancaria. Siempre que se trabaje en blanco, claro está.
Ahora bien, más allá de eso, hay muchas personas que no ven la necesidad de tener más de una cuenta, siguiendo simplemente el modelo más intuitivo, el modelo tradicional.
I. Modelo tradicional
Figura 1: Modelo de cuentas tradicional. Elaboración propia
Todo ocurre en una cuenta: las entradas (generalmente el único salario) así como todas las salidas (los gastos mensuales). Sin embargo, este modelo tradicional nos dificulta nuestro ahorro y nuestros objetivos, casi sin darnos cuenta. Y eso independientemente de nuestros salarios.
Pondré varios ejemplos para clarificar los problemas que nos podemos encontrar con este sistema:
1.1 Ahorro ineficiente
Ejemplo 1: Luis, de 25 años, recién llegado a Berlín, trabaja de camarero mientras está aprendiendo alemán. Cobra 1200 € netos.
A pesar de que su salario es bajo, está decidido a ahorrar el 10% de su sueldo después de haber leído este artículo de mi blog para ir construyendo poco a poco un colchoncito.
Al disponer de una única cuenta bancaria, no puede pagarse a sí mismo primero (pay yourself first) ni automatizar su ahorro. Bueno, no seamos tan estrictos; está empezando a ordenar sus finanzas. En su caso, opta por ponerse un límite del cual su cuenta no puede bajar. Por tanto, al acabar el mes deben permanecer 120 € en su cuenta.
Lo cierto es que después de mucho esfuerzo, consiguió alcanzar el objetivo después del primer mes. ¡¡Bravo, enhorabuena!!
¿Dónde reside el problema o la dificultad?
Más allá de las renuncias y sacrificio que tuvo que hacer durante el primer mes (que no fue nada fácil), la cuestión se complica con el segundo mes.
¿Por qué?
Intuitivamente sabemos ahora mismo (mientras leemos) que el segundo mes tiene que volver a ahorrar otros 120 €. Es decir, que su nuevo umbral se situaría en 240 € y así sucesivamente según va pasando el tiempo. Después de 17 meses, tendría un límite inferior de 2.040 € (17×120 €).
Figura 2: Modelo tradicional para Luis. Elaboración propia
En la práctica, Luis ve en la app de su banco que dispone de 1.320 €: los 120 € ahorrados en el primer mes más los 1.200 € nuevos de su salario. Es tremendamente fácil que llegue a la conclusión rápida de que puede gastar hasta 132 € (10% de 1320 €). Lo cual es incorrecto a su plan establecido.
Al cabo de unos meses, es posible que se dé cuenta de su error y se frustre abandonando el proceso. “No puedo ahorrar” o “No sé ahorrar” se podría decir perfectamente.
Y él NO tiene toda la culpa, aunque SÍ toda la responsabilidad.
¿Por qué ocurre eso?
Somos animales depredadores supervivientes y aunque ya nos encontremos en fases elevadas de civilización, nuestro cerebro se sigue comportando así en algunos aspectos.
Por eso, es más fácil consumir un euro ahora que ahorrarlo por nuestra propia voluntad. Y esa es la razón por la que, psicológicamente, el ahorro esté asociado a un esfuerzo imposible o a una renuncia a vivir el presente, cuando en realidad es la clave de nuestro futuro.
Somos lo que hoy somos por las decisiones que tomamos en el pasado y hoy empezamos a construir nuestro futuro.
Por ese mismo motivo -el consumo depredador de nuestro cerebro-, los trabajadores por cuenta ajena -los curritos de toda la vida- pagamos los impuestos en nómina. El Estado no quiere arriesgarse a nuestra buena voluntad. ¿Crees honestamente que seríamos capaces de ahorrar durante todo el año los impuestos correspondientes si recibiéramos el sueldo bruto? ¿O nos iríamos de vacaciones con un dinero que no es nuestro? ¿Nos dolería soltar después de golpe 5.000, 10.000 € o la cantidad que fuera en la declaración de la renta?
Creo que todos conocemos la respuesta. Cuando sale el dinero de nuestras manos, nos duele más que cuando ni siquiera llega a entrar. Y cuando entra en el banco, pensamos que automáticamente es nuestro y está disponible para usarlo. ¿Para qué entonces existe el dinero?
Seguro que has escuchado alguna vez la expresión “ser el más rico del cementerio” por boca de algún amigo o de algún familiar. Estas expresiones y otras similares impregnadas en la sociedad no nos ayudan. De los sueños no se habla o se infravaloran con expresiones tipo “los sueños, sueños son”.
1.2. Falsa seguridad
Ejemplo 2: Lucía, ingeniera, lleva varios años trabajando y tiene unos ahorros de 8.000 €. Percibe 2.000 € netos mensuales y está negociando con otra empresa un salario de 2.500 €.
No es ni derrochadora ni ahorradora, pero consigue ahorrar prácticamente todos los meses 200 € sin darse cuenta. Gasta, por tanto, 1.800 €, más o menos.
Después de leer el artículo del fondo de emergencia, Lucía se encuentra satisfecha. “¡Ni tan mal!” piensa. Tras hacer el cálculo correspondiente, llega a la conclusión de que su fondo de emergencia es de 4,4 veces sus gastos mensuales (8.000 € / 1.800 €).
Se siente segura y protegida. Eso es una media verdad. Y las medias verdades pueden resultar dañinas.
No es oro todo lo que reluce
Al contar con tan sólo un cuenta bancaria, el dinero siempre está disponible: para las vacaciones, para un concierto, para una escapada corta con las amigas, para el permiso de conducir…
En realidad, todos esos gastos no salen necesariamente de los nuevos salarios, sino de la caja común. Por tanto, si fuéramos honestos, o si ella fuera honesta consigo misma, tendría que contar como fondo de emergencia menos de 8.000 €, reduciéndose su protección relativa. Quizá 6.000 o 5.000 o 3.000 €, no lo sé. Y seguramente ella tampoco lo sepa.
¿Cómo lo puede saber? No tiene forma de saberlo con su estructura actual. El hecho de que su cuenta sea única no le permite establecer de una manera efectiva y clara ni su ahorro ni su protección.
Lucía consiguió finalmente el nuevo reto laboral con la correspondiente subida. Decidió mudarse a un piso más grande y subir su nivel de vida: salir más a restaurantes y mirar un poquito menos el precio de los productos de la compra. De manera intuitiva, pretende ahorrar 250 € mensuales, el 10% como antes.
Figura 3: Modelo tradicional para Lucía. Elaboración propia
¿Hizo lo correcto desde un punto financiero?
Aunque sea contraintuitivo, la realidad es que no. Gana más, ahorra más en valor absoluto, vive “mejor”, pero su situación financiera es igual o peor.
Por un lado, su protección financiera ha disminuido al aumentar los gastos. Ya no dispone -en el mejor de los casos- de los 4,4 meses de fondo de emergencia, sino que éste baja a 3,5. Asume un riesgo mayor prácticamente sin una contrapartida real.
Figura 4: Comparación del fondo de emergencia manteniendo la cuota de ahorro del 10%. Elaboración propia
Por otro lado, ha perdido una buena oportunidad para ascender al siguiente nivel. De aumentar su cuota de ahorro. De hecho, sus sueños están cada día un poco más lejos.
Fíjate en el gráfico superior. A pesar de ganar más dinero neto al mes, necesita más tiempo para completar el fondo de emergencia. Más dinero no significa automáticamente más riqueza.
El ritmo de vida (gastos) NO puede subir a la misma velocidad que nuestro aumento de ingresos.
El ahorro es la base de la riqueza y no los ingresos.
Soy consciente de que es difícil de entender a primera vista y por eso profundizaré en otro artículo con ejemplos que incidan más sobre este mensaje.
Concurrencia del dinero e inflación
Ejemplo 3: Cecilia, costarricense de 37 años, es Doctora en Bioquímica y tiene un buen puesto de trabajo en un reconocido instituto de investigación de Alemania. Su sueldo se sitúa en 3.000 € netos. Además, tiene dos hijos pequeños de 3 y 5 años. Su cuenta refleja un saldo superior a 30.000 €.
Con una dilatada experiencia profesional y su buen hacer, ha conseguido tener un buen ahorro, depositado en su cuenta bancaria. Es consciente de la importancia del fondo de emergencia, ya que, de vez en cuando, surge algún imprevisto en Costa Rica que debe solucionar económicamente. Además, sabe lo caro que son los boletos para visitar a sus familiares, teniendo en cuenta que ahora son 4 miembros.
Asimismo, se plantea objetivos vitales muy saludables como por ejemplo la educación de sus hijos o su jubilación.
Está en una posición privilegiada. Es cierto. Tiene un trabajo estable que le apasiona, una estabilidad emocional y percibe un buen sueldo.
La principal dificultad con la que se encuentra es que no consigue avanzar cómo le gustaría con sus objetivos. No es de extrañar. Con el sistema de una-cuenta, cada euro entra en competencia directa con el otro y no puede abordar todos los objetivos a la vez sin sentirse mal.
¿Cuánto dinero tiene destinado para sus hijos? ¿Cuánto dinero tiene ahorrado para su jubilación? ¿Cuánto le falta aún? ¿Cómo de grande es su fondo de emergencia? No puede dar respuestas precisas. Eso le incomoda.
Con cantidades mayores, se empieza a percibir claramente la desorganización de las finanzas que provoca este sistema tradicional de cuentas.
¿Crees que Cecilia tiene todos sus experimentos de laboratorio en una única carpeta con único archivo de Word o de Excel? ¿Crees que los calcetines de sus hijos están en el mismo cajón que su ropa interior personal? ¿O que tenga en un único bote las lentejas mezcladas con la pasta? Seguramente no.
¿Y por qué entonces tiene el dinero para su jubilación en el mismo lugar que el destinado para la educación de sus hijos?
En la vida laboral, en la vida cotidiana necesitamos una cierta organización y estructura. En las finanzas también. Y eso es independiente si tenemos 1.000 o 50.000 euros.
Por otro lado, estamos bombardeados con noticias sobre la inflación. Lo cierto es que ha notado la subida de precios en la cesta de la compra. Es muy probable que sólo pueda ver esa cara de la moneda. Pero la inflación implica una pérdida de poder adquisitivo que es más invisible.
Si Cecilia empezó el año 2022 con 30.000 € y los acabó con 31.000 €, puede pensar que tiene más dinero. Y la realidad es que no. Sus nuevos 31.000 € valen menos que los 30.000 € en diciembre de 2021 debido a la inflación (8,6% en Alemania en 2022). Es decir, ahora puede comprar menos que antes.
Figura 5: Pérdida del poder adquisitivo por la inflación. Elaboración propia
Como bien se indica en el gráfico, Cecilia tendría que disponer de 32.580 € para tener el mismo poder adquisitivo que el año anterior.
El problema es que no nos damos cuenta de que sea así porque seguimos viendo el mismo número o un poco superior. ¿Qué pasaría si el banco nos quitase 3.000 € en una comisión? ¿Nos gustaría?
Si vemos que nos quitan el dinero, nos duele y nos molesta. Pues eso es exactamente lo que hace la inflación. Nos quita el dinero. Sí, invisible, pero nos lo quita.
Considero que el modelo de una única cuenta potencia este efecto ya que dificulta la manera de cómo se ahorra y, por tanto, ahorramos menos.
1.4. Más seguridad no es más seguro
Ejemplo 4: Manuel, de 68 años, está jubilado. Después de tantos años trabajando, ha cumplido sus objetivos vitales: vivienda en propiedad libre ya de hipoteca, sus hijos pudieron ir a la universidad y su cuenta luce más de 120.000 €.
Manuel fue ahorrando toda su vida poco a poco. Invirtió una vez en un producto financiero que no entendía muy bien. Perdió dinero y se dijo que nunca más. Su dinero acumulado está en la sucursal del banco de su confianza, cerca de su casa.
Se siente seguro, al igual que Lucía del segundo ejemplo.
Los bancos europeos son seguros a través del Fondo de Garantía de Depósitos de cada país. En Alemania, se llama Einlagensicherung dependiente del Bundesbank y del Ministerio de Finanzas. En caso de quiebra del banco, este Fondo rescata a los usuarios. No obstante, esta protección asciende a 100.000 € por persona y por entidad.
En el caso de Manuel, está poniendo en riesgo 20.000 € sin nada a cambio. Piensa que su dinero está seguro en el banco, pero si éste quebrara (lo cual ocurre de vez en cuando, por ejemplo el Banco Popular en España en 2018), perdería 20.000 € (16,6% de su patrimonio). Si esto ocurriera, la culpa no es sólo del malhacer del banco, sino también de su falta de educación financiera.
Resumiendo, este modelo tradicional de una única cuenta tiene inherentemente las siguientes DESVENTAJAS:
- No permite pagarse uno mismo el primero
- No existe la automatización del ahorro
- Dificulta el ahorro, convirtiéndose en un verdadero esfuerzo (también psicológico)
- Aumenta la posibilidad de abandono del ahorro
- Proporciona una falsa seguridad
- No hay un control necesario y ordenado del patrimonio
- Permite subir nuestra calidad de vida más de lo óptimo sin darnos cuenta
- El dinero ahorrado compite entre los diferentes objetivos establecidos
- Dificulta la consecución de los objetivos
- La inflación ataca al patrimonio más intensa e invisiblemente.
- Pérdida real de poder adquisitivo
- Elude asumir nuestra responsabilidad en nuestras finanzas
II. Modelo de multicuentas
Este modelo tiene el siguiente esquema:
Figura 6: Modelo multicuentas. Elaboración propia
A la cuenta de ahorro, ahora dibujada como una black box, entra una cantidad fija y automática a principio de cada mes. Más adelante, propondré opciones más específicas para esa caja negra. Con esto se consigue varias cosas simultáneamente:
- Pagarse el primero (pay yourself first): Al salir a principio de cada mes, es un ahorro eficiente. Recuerda los impuestos en nómina. Ya expliqué en otro artículo el porqué de su importancia hacerlo así.
- Orden en las cuentas: Nos permite ahorrar adecuadamente para cada objetivo. Ya se puede medir cómo vamos y cuánto nos queda. Es decir, nuestro objetivo es medible, tiene un plazo y además hay un plan tal y como indica la regla SMART.
- Automatización: Una vez programada la transferencia periódica, no hay que preocuparse más. Ocurre sin darnos cuenta. Esto parece una tontería, pero la automatización es esencial. El plan se ejecutará sí o sí. Sólo con otro acto activo podremos revocarlo.
La realidad es que siempre nos cuesta más hacer algo de manera activa que pasiva. Imagina cuántas veces haces una pregunta en una conferencia o en una reunión de trabajo o cuántas veces reclamas por escrito a una tienda o valoras un artículo después de comprarlo.
- Gastar menos: Curiosamente tiene un efecto en los gastos. Al tener menos dinero disponible en la cuenta principal (Girokonto), gastamos menos y mejor. Es más difícil tener que pasar el dinero de una cuenta a otra y ejecutar la compra, que ejecutar la compra directamente en el caso de cuenta única.
En ese proceso activo de cambio: abrir la app, poner la contraseña, decidir la cantidad a transferir, rellenar la transferencia, verificar los datos, poner la contraseña para confirmar y pagar; nos resulta pesado y nos da pereza. Y durante todo ese tiempo, estamos pensando si realmente merece la pena comprarse el producto o no.
Volvamos a los ejemplos anteriores. Este modelo le permite poder ahorrar a Luis, el camarero del ejemplo 1, poco a poco y sin tanto esfuerzo como antes. Su mes empieza con 1.080 € en vez de 1.200 €. Después de unos meses, descubre que no es tan difícil ahorrar y que su nivel de vida no ha empeorado.
Figura 7: Modelo multicuentas de Luis. Elaboración propia
Lucía, en cambio, se desilusiona al comprobar que está menos protegida de lo que pensaba. No obstante, descubre la facilidad para organizar su dinero. Ella tiene una cuenta de ahorro (Tagesgeldkonto) para seguir alimentando su fondo de emergencia (10% de su sueldo cada mes) y otra cuenta corriente adicional (Girokonto) para el ocio y las vacaciones.
Con este modelo, se ha dado cuenta de que disfruta más el dinero que se gasta en las cosas que le gustan, ya que es consciente de que por otro lado está ahorrando para las vacas flacas.
Figura 8: Modelo multicuentas de Lucía. Elaboración propia
Ahorra más y disfruta más. Una situación win-win.
Con la subida salarial, decide tomar otra decisión. La mitad de los nuevos 500 € (250 €) va a ir directa y automáticamente a su fondo de emergencia, subiendo su cuota de ahorro al 18%. En definitiva, antes ya vivía con 1.800 €, no tiene la necesidad de gastar todo el incremento de sueldo. La otra mitad la quiere disfrutar y la pasa a la cuenta de diversión.
Figura 9: Modelo multicuentas de Lucía tras subida salarial. Elaboración propia
El recuadro violeta es una “cuenta virtual” para clarificar la idea. Lógicamente, ese dinero entrará en la cuenta principal al llegar el salario. Lo importante es adecuar las transferencias automáticas de la manera establecida (Regla del 50%).
En el caso de Lucía, tendrá que poner 450 € para el fondo de emergencia y 650 € para su cuenta de diversión. Ten en cuenta que esta última es opcional y no debería sobrepasar nunca el 30% de nuestros ingresos ya que empezaría a ponerse en riesgo (una vida elevada que no podría mantener).
Lucía también podría comenzar a ahorrar para otro objetivo como por ejemplo para la compra de una vivienda si así lo desea.
A Cecilia le ocurre algo parecido. Siente que avanza con sus objetivos tras haberlos separados en distintas cuentas. De su capital inicial ahorrado, estimó que con 18.000 € (9 meses de sus gastos) se sentía segura y podría cubrir sin problema las eventualidades que pudieran surgir en Costa Rica.
Para sus hijos, depositó a plazo fijo (Festgeld) una cantidad de 5.000 € durante 3 años aprovechando las ofertas de los bancos al subir el BCE los tipos de intereses. Otros 5.000€ los puso en una Tagesgeldkonto para sus vacaciones anuales. A esa cuenta, además, irá añadiendo unos 200 € mensuales de su sueldo.
Para su jubilación, abrió una cartera de valores donde invierte 500 € cada mes.
Figura 10: Modelo multicuentas de Cecilia. Elaboración propia
Asimismo, decide ahorrar 300 € sin un objetivo concreto, pero que le permite adquirir una cierta flexibilidad, al mismo tiempo que le abre un mundo de posibilidades.
Manuel, el modelo de cuentas, le sirvió simplemente para estar tan seguro como realmente necesitaba. No pretende invertir ni sacar una rentabilidad mayor a sus ahorros. Acudió a otra entidad bancaria cerca de su casa y depositó la mitad de su patrimonio. Así quedó protegido como quería y cumplió sus necesidades.
En definitiva, hay tantos modelos de cuentas como personas. Cada uno tenemos necesidades distintas y cada objetivo vital también requiere de diferentes acciones y formas de ahorro. ¡¡DESCUBRE EL TUYO!!
Si te has visto reflejado/a en alguno de los ejemplos expuestos anteriormente y todavía tienes una única cuenta, te invito a que pruebes este modelo de multicuenta que te ayudará a alcanzar tus objetivos y vivir la vida que deseas.
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